Es un día algo frío para la época del año. De donde provendrá no es tiempo para detenerse. Miro el cielo y algunos nubarrones me cierran el paso hacia la escuela. El camino hacia el Arranz está abarrotado de almas que pugnan por avanzar quien sabe con que destino.. Mi cabeza piensa en lo que hay que decir... da vueltas en un loco carrousell donde las figuras suben y bajan sin cesar.. cada una de ellas representa un concepto, una idea, un autor....un cóctel que me embriaga aún sin haberlo probado.
Al llegar me siento tranquilo... el encuentro con Graciela y Naty pareciera relajarme aún más... ya sólo queda dar comienzo...Y la clase Pichoniana transcurre entre anotaciones y experiencias... entre un ojo observador y otros orbitando el pizarrón y mi cuerpo. Pareciera que los alumnos van animándose a integrarse en el ballet de significados propuesto. Afuera parece que algunas gotas repiquetean.. dentro del aula ya hemos comenzado la alineación espacial una vez más...
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